“Tuve un viaje muy próspero gracias a sufrir un naufragio”
Zenón de Citio

Mi nombre es Ana, y soy Health Coach aunque las personas que me conocen suelen llamarme «the fixer», que quiere decir «la que arregla».

 

Encantada de conocerte.

 

Voy a contarte algunas cosas sobre mí para que me conozcas mejor, ya que voy a acompañarte en este camino que emprendes para recuperar tu salud y tu calidad de vida. 

 

Y algo que también es muy importante: tu paz mental.

 

Para mí es un placer poder hacerlo, ya que durante mucho me sentí cada vez más perdida al tener que recorrer ese mismo camino yo sola, tropezándome muchas veces. Mi cuerpo me estaba hablando a gritos a través de un montón de síntomas que aparentemente nada tenían que ver entre sí, y que no mejoraban a pesar de que me pasaba la vida yendo de un lugar a otro, intentando darles una solución. El desgaste fue enorme, al igual que todo lo que invertí en diferentes especialistas y tratamientos, ya que nunca bajé los brazos a pesar de que cada vez me sentía más agotada.

 

Quería tener una vida normal, y volver a ser yo.

 

Pero llega un momento en el que no sabes qué más hacer, ni a dónde ir, porque ya lo has intentado todo. Si has llegado hasta aquí es quizá porque tú también te encuentras en esta situación, y mi propósito es ayudarte para que puedas salir de ella.

 

Quiero que sepas que, comprometiéndote a hacer algunos cambios y poniendo un poco de orden en tu vida, tú también puedes volver a ser tú. Y lo más probable es que no solo “vuelvas a ti”, sino que lo hagas como una versión mejorada que despierta con energía por las mañanas y que afronta la vida desde otra perspectiva mucho más plena después de haberse reconectado con su cuerpo físico y emocional.

 


Recuerda que has venido aquí a ser feliz.

Para que alcances este objetivo te asesoré personalmente desde los conocimientos que he adquirido en las formaciones que he realizado y que sigo realizando y desde mi propia experiencia personal, proporcionándote las herramientas que necesitas para optimizar tu salud física y emocional, y que no son otras que una alimentación real y consciente, ejercicio físico y la incorporación de unos hábitos que logren reconectarte con tu cuerpo y tener una mente en calma.

Y tienes mi garantía de que vas a conseguirlo.

 

 

 

¿DÓNDE EMPEZÓ TODO? Durante toda mi vida he sufrido de sobrepeso, y como muchas otras personas en esta situación, había intentado salir de ahí haciendo infinidad de dietas. Perdía unos cuantos kilos que después volvía a ganar, y así durante toda mi infancia, mi adolescencia y mi vida adulta. Recuerdo incluso haber ayunado durante varios días, así que el problema no era la falta de voluntad.

 

La verdad es que llegó un punto en el que lo acepté como algo que no iba a poder cambiar. Quizá yo era así, con esa constitución y ese metabolismo, y tenía que conformarme y hacerlo lo mejor que pudiera con lo que me había tocado “en suerte”. Cuando te cansas de luchar porque vuelves una y otra vez al punto de partida, llega un momento en el que te rindes y normalizas lo que crees que no vas a poder cambiar.

 

Egipto (2004). En memoria de mi querido amigo Manuel José Delgado, fallecido el 6 de marzo de 2020.


A los 39 años conseguí por primera vez en mi vida llegar a mi peso saludable, sin hacer dieta y sin pasar hambre. Cada vez me sentía más feliz, motivada y comprometida con mi propio proceso. ¿Cómo podía ser posible?

 

EL CAMBIO. Un día, de repente todo cambió. Después de vivir una situación que me produjo un gran estrés físico y emocional que se prolongó durante algo más de un año, por primera vez en mi vida tomé la decisión de priorizarme, ya que estaba totalmente agotada. Empecé a formarme haciendo cursos de detoxificación y alimentación energética con la intención de recuperar mi salud, y a partir de ahí ese compromiso conmigo misma me llevó a querer estar cada vez mejor. Así que, sin hacer dieta en ningún momento, fui reconstruyendo mi relación con la comida y empecé a “entrenar para la vida” como defiende el Dr. Javier Butragueño, mientras que seguía investigando e integrando nuevos conocimientos sobre nutrición humana.

 

Me deshice de la culpa porque entendí qué era lo que no había estado funcionando en mí. En aquel momento eran ya muchos los expertos que habían empezado a desmarcarse de los dogmas tradicionales sobre alimentación, y que estaban comenzando a poner en evidencia el impacto que estaban teniendo el gluten o los azúcares en las enfermedades modernas. Y tomé conciencia de algo fundamental.

 

Kuala Lumpur, antes del cambio (2017) y después (2018).

 

 

El primer paso para cambiar tu vida es DES-APRENDER.

Y no es fácil, ya que tienes que cuestionarte todo lo que se considera “normal” y nadar en contra de la corriente. No fue un proceso fácil, ya que también cometí errores de los que fui aprendiendo, pero a mis 39 años perdí veinte kilos en el transcurso de un año que nunca he vuelto a recuperar.

 

Y es que vivimos tan obsesionados con la comida, que se nos olvida que hay otras cosas que son prioritarias para alcanzar un estado de bienestar físico y emocional, como por ejemplo un buen descanso, exponernos a la luz solar o movernos mucho más.

Empecé a hacer ejercicio de manera regular, aumentando la intensidad de una forma muy progresiva, y así conseguí integrarlo en mi vida como un placer, y no como un castigo. Es cuestión de cambiar de perspectiva y entrenar porque amas tu cuerpo, y no porque lo odias. Y con la comida, exactamente lo mismo.

A veces, me costaba reconocerme en esa persona en la que me había transformado, que se sentía una más y que disfrutaba saliendo a correr, haciendo un trekking por la montaña o levantando mi propio peso en Crossfit, y la verdad es que me sentía más fuerte, joven y sana que nunca antes en mi vida.

 

No dejes que nadie te diga que no puedes, porque sí que puedes. 

Nunca es tarde para cambiar tu vida.

 

 

Eindhoven, Países Bajos (2019). Cuando cambias tu estilo de vida no importa a donde vayas, siempre lo llevas contigo.

El cambio en mi alimentación y en mi estilo de vida supuso un antes y un después. Pero sin embargo, todavía me quedaba mucho por aprender.

REAPRENDER. Un antibiótico lo puso todo patas arriba, de un día para el otro. Y aparecieron en mi vida la Candidiasis, la disbiosis y la permeabilidad intestinal, manifestándose a través de varios síntomas que parecían no estar conectados entre sí: inflamación, acné, gases, cistitis recidivante, cansancio, altibajos emocionales.

 

Es ahora cuando puedo ponerle nombre a lo que me sucedía, porque en aquel entonces me sentía como si estuviera caminando por una habitación a oscuras. Yo no sabía lo que me estaba pasando, pero es que los especialistas a los que acudía, tampoco. Así que convencida de que aquello debía ser una “Candidiasis intestinal”, empecé a seguir un protocolo durísimo de alimentación y suplementación que supuestamente debía mantener al menos durante 6 meses si quería “matar de hambre” a las cándidas para que “murieran”.

 

Pasé mucha hambre, y no precisamente emocional. Fueron muchos los momentos de frustración en los que no entendía por qué aquello me había pasado a mí si llevaba una vida saludable, o por qué la cándida “insistía” en quedarse conmigo cuando aparentemente otras personas solucionaban el problema fácilmente.

 

Bueno, el tema estaba en que como te he contado, no era Cándida.

 

Y con este escenario, se presentó en mi vida el Covid19.

 

El coronavirus me pulverizó por completo. Estaba agotada, vivía con un dolor de cabeza constante que al final del día se convertía en migraña, y tenía frecuentes infecciones de orina que solucionaba con antibióticos, hasta un día en el que tuve un brote de Candidiasis tan fuerte me llevó hasta las urgencias del hospital de La Paz.

 

En aquel tiempo trabajaba en una consultora y estaba sometida a un gran estrés, así que en un acto de supervivencia la primera decisión que tomé fue la de cambiar de trabajo.

No es fácil vivir con los síntomas de covid persistente, además de todo lo que ya traía de antes. Pero lejos de priorizarme, yo seguía esforzándome por hacer una vida “normal” y que no pareciera que estaba siempre “enferma”, dándolo todo tanto en el trabajo como en mi vida personal. Esto lo único que estaba haciendo era llevarme cada vez más hacia el límite, hasta el punto en el que en un médico internista al que acudí con lágrimas en los ojos porque ya no podía más con la vida, descubrió después de hacerme una analítica exhaustiva que estaba desarrollando un proceso autoinmunitario.

 

Aquel invierno fue muy largo, porque además la exposición a un producto altamente tóxico provocó que desarrollara una serie de infecciones que en aquel momento fueron tratadas con antibióticos, penicilina, corticoides y unas cuantas cosas más. Además, tenía que tomar ansiolíticos para dormir.

 

En mi vida personal empezaron a sucederse muchos cambios, y todo aquello dio paso a la etapa de crecimiento personal más dura y exigente de toda mi vida, que comenzó con un cuerpo en llamas y con la profunda sensación de ausencia de quien había decidido marcharse. Era el momento de mirar hacia dentro para sanar, y de renacer.

 

Me fui de viaje a Nepal con la intención reencontrarme conmigo misma, de soltar el lastre que había llevado conmigo durante demasiado tiempo y de empezar de nuevo, abriendo un nuevo capítulo en la historia de mi vida. Cuando volví estudié Terapia Nutricional y me formé como Health Coach con la intención de adquirir los conocimientos para sanarme.

 

En el transcurso de unos meses, en los que apliqué todo lo que había aprendido, no sólo había recuperado la salud sino también la energía y la alegría de vivir. Además, alcancé una estabilidad emocional que me permitió eliminar la ansiedad, viviendo con plenitud el momento presente, y reaprender el concepto estoico de AMOR FATI.

Finalmente, volví a ser yo. O más bien, una nueva versión mejorada de mí misma.


Annapurna Base Camp (2023). El lugar en el que resurgí de mis cenizas, como el Ave Fénix.

La enfermedad te trae un mensaje, y es una gran maestra.

A lo largo de estos años, desde aquel día en el que “todo cambió”, no he dejado de formarme en nutrición, salud integrativa, coaching nutricional, psicología o neurociencia, lo que me ha permitido no sólo rescatarme a mí misma, sino también terminar convirtiéndome en la profesional que hubiese querido encontrarme cuando me encontraba totalmente perdida y había perdido la salud y las ganas de vivir.

 

He estudiado un Postgrado en Microbiota y me he especializado en Salud Vulvovaginal, Tiroides, Ayuno Intermitente y Dieta Cetogénica con Regenera Health, un centro pionero en el tratamiento de pacientes mediante la Psiconeuroinmunología clínica.

 

Tengo el Máster Flexivegetariano Low Carb de la Escuela de Cocina de Ana Moreno, coach nutricional y autora de más de 40 libros sobre alimentación y estilo de vida saludable, que cuenta con 25 años de experiencia como naturópata y chef.

 

Trabajo como voluntaria en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, acompañando a pacientes y asistiendo a sus familiares.

Mi próximo proyecto es la realización del Máster Universitario en Nutrición Humana y Dietética Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid.

 

 


Si has llegado hasta aquí es porque ya sabes que el único camino para conseguir tu bienestar físico y mental es el de tomar las riendas de tu vida. Es urgente que lo hagas y que no normalices todo aquello que no lo es.


Tu cuerpo tiene una capacidad increíble de regenerarse, pero tienes que aprender a escucharlo y comprometerte con él, amándolo y respetándolo para toda la vida.


Para eso estás aquí.


GRACIAS POR CONFIAR EN MÍ Y DEJARME ACOMPAÑARTE.


 

 

Curiosidades sobre mí

  • He estudiado Periodismo y Turismo, y también soy Experta Universitaria en Género e Igualdad de Oportunidades.
  • Soy maestra de esgrima, aunque hace muchos años que colgué la espada.
  • Me fascina el Antiguo Egipto, y la verdad es que el moderno también.
  • El estoicismo y el budismo me han ayudado a ver la vida desde otra perspectiva, y me han proporcionado muchas respuestas.
  • Soy de Málaga, aunque actualmente resido en Madrid. Antes de llegar aquí he pasado por Menorca y por Barcelona, lugares a los que siempre consideraré como mi otro hogar.
  • Me encantan los deportes, y de hecho soy una gran aficionada al baloncesto.
  • Siempre estoy escuchando música o podcast en Spotify.
  • Tengo varios libros sobre la mesilla de noche. ¡Hay tanto por aprender!
  • Mi plan favorito es ir a la montaña.
  • Me encanta conducir.
  • Puedo pasarme horas observando las estrellas.
  • El mejor regalo que me ha hecho la vida son las personas que ha puesto en mi camino.
  • Practico el agradecimiento todos los días.