La verdad es que es una buena pregunta.

Según el Institute of Integrative Nutrition, “los health coaches capacitan a los clientes para mejorar su salud proporcionándoles un espacio seguro para explorar todos los aspectos de su bienestar”.

Ya. ¿Y eso qué quiere decir?


Verás, no has llegado aquí por casualidad. Así que voy a explicarte qué puedo hacer por ti, que básicamente es proporcionarte las herramientas que a mí me han funcionado para recuperar mi salud y mi bienestar, y que no son otras que una alimentación real y consciente, ejercicio físico, y la incorporación de unos hábitos que logren reconectarte con tu cuerpo y tener una mente en calma.


Bueno, no sólo me han funcionado a mí, sino también a muchas personas más. Te lo explicaré con más detalle un poco más abajo.

 

Pero antes, vamos a ver qué puedo ayudarte ya que probablemente hayas llegado hasta mí por alguno de estos motivos:

 

  • hay algo en cuanto a tu salud que te preocupa, quieres resolverlo pero te has perdido entre tanta información contradictoria.
  • no sabes qué más hacer para que la Candidiasis desaparezca de tu vida.
  • te falta energía, y te sientes con cansancio.
  • has tomado conciencia de que tienes que romper con tus malos hábitos antes de que estos te rompan a ti, pero no sabes por dónde empezar.
  • quieres dejar de depender del ibuprofeno, del omeprazol o del lorazepam.
  • necesitas bajar de peso, y no quieres hacer una dieta en la que tengas que pasar hambre o contar calorías, sino aprender a comer.
  • sufres de fibromialgia, y te sientes incomprendida.
  • quieres sanar la relación que tienes con la comida, y sentirte bien dentro de tu cuerpo.
  • te preocupa la salud de tu familia, y necesitas orientación para hacer cambios.
  • has escuchado hablar del eje intestino-cerebro y quieres saber cómo puedes mejorar tu salud emocional a través de tu alimentación.
  • si estás llegando a la menopausia o incluso si ya estás en ella, y quieres aprender a gestionar la revolución hormonal que está sucediendo en tu cuerpo.
  • necesitas estrategias que te permitan compatibilizar tus horarios con unos hábitos saludables.
  • te han diagnosticado síndrome metabólico, y necesitas apoyo para revertir esta situación porque no quieres tener que tomar pastillas para toda la vida.
  • te sientes culpable porque terminas abandonando todas las dietas, y crees que es porque no tienes fuerza de voluntad.
  • padeces una enfermedad autoinmune y te han prescrito un tratamiento, pero no te han explicado qué hábitos podrías cambiar para mejorar tu calidad de vida.
  • te han recomendado que empieces a hacer ejercicio, pero no sabes por dónde empezar ni cómo hacerlo (ni que además, es divertido).
  • te gustaría saber cómo puede ayudarte una suplementación adecuada.
  • tienes problemas para quedarte embarazada.
  • quieres asesorarte antes de hacer una dieta cetogénica o de iniciarte con el ayuno intermitente.
 
 

En realidad, aunque sean diferentes detrás de todos estos motivos está el mismo: QUIERES TRANSFORMAR TU VIDA.


GRACIAS por confiar en mí para acompañarte.




Y ahora, volvamos a donde lo habíamos dejado antes.


Soy Terapeuta Nutricional.


No soy dietista ni nutricionista, así que no voy a ponerte a dieta si es eso lo que esperas. En cambio, voy a proporcionarte los conocimientos necesarios para que aprendas a nutrir a tu cuerpo según tus necesidades y a amar lo que comes, con el objetivo de que cada día te encuentres mejor y de que mantengas estos cambios para toda la vida.

Porque ya son muchos los estudios que demuestran que la alimentación nos sana, y que además previene enfermedades.



Para la mayoría de nosotros, nuestro cuerpo es una caja negra: sabemos su función, pero no cómo funciona exactamente. A menudo decidimos lo que comeremos basándonos en lo que leemos o escuchamos, en vez de lo que necesita realmente nuestro cuerpo. «El animal tiende a comer con el estómago, y el humano, con el cerebro», escribió el filósofo Alan Watts. Si nuestro cuerpo pudiera hablarnos, sería otra historia. Sabríamos exactamente por qué volvemos a tener hambre al cabo de dos horas, por qué dormimos mal anoche y por qué sentimos que tenemos menos energía al día siguiente. Tomaríamos mejores decisiones acerca de lo que comemos. Mejoraría nuestra salud. Mejoraría nuestra vida.

 

Bueno, te voy a dar una exclusiva.

Resulta que nuestro cuerpo nos habla constantemente.

Pero no sabemos cómo escucharlo.

 

 

 

 

 

Todo lo que nos metemos en la boca provoca una reacción. Lo que comemos afecta a los treinta billones de células y los treinta billones de bacterias que tenemos dentro. Elige: antojos, granos, migrañas, mente nublada, cambios de humor, aumento de peso, somnolencia, infertilidad, síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), diabetes tipo 2, enfermedad del hígado graso, enfermedades coronarias… Todos estos son mensajes que nos manda el cuerpo para decirnos que tiene problemas.

Jessie Inchauspé, La revolución de la glucosa.

¿Y sabes qué? Que efectivamente, es prioritario re-aprender a comer para mejorar la salud de nuestro cuerpo, pero también la de nuestras emociones. Seguro que a estas alturas ya habrás escuchado hablar del eje intestino-cerebro.


Para mí, descubrir que un desequilibrio en la microbiota se encontraba detrás de todo lo que me estaba sucediendo me cambió la vida. 

Y es muy probable que cambie la tuya también.


 

 

 “Como médico internista veo con preocupación cómo en los últimos años cada vez más personas tienen problemas de salud que no consiguen resolver. Ojalá que no, pero quizás lo que voy a decir te pase a ti o a alguien de tu familia: dolores de cabeza, hinchazón de la tripa después de comer, alergias, dermatitis atópica, alguna enfermedad autoinmune, una ansiedad galopante o esos kilos de más de los que no hay cómo deshacerse.

 

En todas estas situaciones hay una disbiosis, un desequilibrio de la microbiota”.

 

Sari Arponen, ¡Es la microbiota, idiota! 

 

 

Pero… ¿sabes otra cosa? 

Que aunque la alimentación es muy importante, 

no lo es todo.


Es sólo una pata más del banco.


Para mí es tan importante como que empieces a moverte, porque la ausencia de movimiento también está detrás de muchas de las cosas que nos pasan. Como afirma la Dra. Nazareth Castellanos, es necesario que comprendamos la necesidad de abandonar el sedentarismo, y que conozcamos que «el ejercicio físico es una de las más potentes intervenciones en el ámbito del estilo de vioda, ya que incrementa la capacidad cognitiva, es antidepresivo y ansiolítico, y mejora la calidad de vida en cualquier condición».



En nuestro Partenón de la salud, después de haber sacado brillo al frontón, que es la mente, y a los pilares de la alimentación, que sostiene nuestro cuerpo y nuestras tripas, vamos con la base de todo, que es, literalmente, el ejercicio físico”.

 

Boticaria García, Tu cerebro tiene hambre.

 

Pero como entiendo que cuesta saber por dónde empezar, o quizá organizarse, voy a brindarte estrategias para que incorpores este hábito en tu día a día, y no solo durante tu entrenamiento sino también durante el resto del día.

 

Nada te ayudará más que esto, créeme.  

 

La última para del banco es del cambio de hábitos, porque no es sólo qué comes, sino a la hora que lo haces. Reajustar tu reloj interno a los ciclos circadianos, crear un buen hábito de sueño que te permita dormir las horas necesarias y descansar mejor, exponerte al sol o aprender técnicas de relajación que te permitan gestionar el estrés y la ansiedad, reconectándote con tu cuerpo y con el momento presente.


Ahora lo llamamos Mindfulness, pero en realidad nuestras abuelas ya tenían un nombre para esto: “estar a lo que hay que estar”.

 

Ahora que ya sabes todo esto, 

¿nos remangamos y empezamos a trabajar?

¡Vamos!